Porque los frutos rojos previenen el cancer. En la lucha contra el cáncer la Industria farmacéutica está también siguiendo activamente la pista de los medicamentos que pueden combatir la angiogénesls. Richard Béliveau lleva desde mediados de los años noventa trabajando en los medicamentos anti-angiogénicos que la industria le ha pedido que analice en su laboratorio. Su labor consiste en criar in vitro células de vasos sanguÃneos sometidas a aceleradores del crecimiento similares a los que fabrican los tumores cancerosos.
Con ayuda de una mlcropipeta, les aplica una diminuta dosis de la medicación que está analizando para medir su capacidad de impedir la formación de nuevos vasos sanguÃneos. Luego hay que esperar varios dÃas para poder detectar algún efecto, a menudo relativamente sutil. Béliveau recuerda mañanas en que ha llegado al laboratorio Impaciente por saber si tal o cual nueva molécula ha pasado la prueba. Cada vez que observaba un efecto prometedor, le daba una subida de adrenalina y cogÃa el teléfono para anunciarle a la empresa farmacéutica: «¡Hemos conseguido una!». Esos prometedores resultados espoleaban a la empresa correspondiente a invertir aún más fondos en el trabajo del doctor Béliveau, y este se encontraba .de repente dirigiendo un programa de Investigación a gran escala. Pero siempre habÃa algo que ensombrecÃa esta escena tan halagüeña, pues en esta clase de investigaciones el 95% de las prometedoras moléculas sintéticas acaban en agua de borrajas cuando se analizan en animales y, a continuación, en personas. Aun siendo efectivas contra las células cancerosas en un tubo de ensayo, normalmente son demasiado tóxicas para ser recetadas. Sin embargo, hoy la atmósfera que se respira en el laboratorio de medicina molecular del Hospital St. Justlne ha dejado de ser asÃ.
En lugar de evaluar una nueva molécula quÃmica, Béliveau decidió examinar el potencial anti-angiogénesis de un extracto de frambuesa. El ácido elágico es un pollfenol presente en grandes cantidades tanto en las frambuesas como en las fresas (y se encuentra también en las avellanas y en las nueces).
En dosis equivalentes a una porción alimenticia normal de frambuesa o de fresa, está demostrado que el ácido elágico es capaz de ralentizar significativamente el crecimiento del tumor en ratones expuestos a agresivas sustancias cancerÃgenas. Analizándolo con el mismo rigor que aplica a cualquier medicamento, Béliveau ha descubierto que el ácido elágico de las frambuesas es potencialmente tan efectivo como los medicamentos conocidos por sus efectos para frenar el crecimiento de los vasos sanguÃneos.
De hecho, ha demostrado que el ácido elágico actúa contra los dos mecanismos más comunes de estimulación de los vasos sanguÃneos (VEGF y PGEF). Richard Béliveau era consciente de la importancia de este descubrimiento. Si se hubiese tratado de una molécula farmacéutica, su fax no habrÃa parado en todo el dÃa y le habrÃan llovido las becas de Investigación. Y más aún en este caso, teniendo en cuenta que no se corrÃa el riesgo de descubrir después que la prometedora molécula es demasiado tóxica para administrarla al hombre; al fin y al cabo, los homÃnidos llevan desde la prehistoria ingiriendo frambuesas.
Entonces, ¿a quién tendrÃa que telefonear? Al no caber la posibilidad de patentar frambuesas, no habÃa nadie con quien compartir por teléfono el entusiasmo del hallazgo, ni beca de investigación que ganar.
Los pequeños frutos como la fresa o la frambuesa (o la nuez, la avellana y la pacana) son aún más prometedores. A diferencia de los medicamentos anti-anglogénicos clásicos, su acción no se limita a este único mecanismo.
El ácido elágico elimina también las toxinas de las células, pues bloquea la transformación de las sustancias cancerÃgenas del medio ambiente en sustancias tóxicas y estimula la eliminación de toxinas. Unas toxinas que son peligrosas porque interactúan con el ADN y provocan mutaciones genéticas potencialmente letales.
De ahà que podamos considerar el ácido elágico algo asà como una supermolécula que actúa en diversos frentes y sin ningún efecto secundario. Otro alimento anticáncer natural es la cereza, que contiene ácido glucárico, una sustancia capaz de desintoxlcar el organismo al facilitar la eliminación de los xenoestrógenos procedentes de las sustancias quÃmicas del medio ambiente.
Los arándanos, por su parte, contienen antocianldinas y proantoclanidinas, moléculas capaces de forzar el suicidio de las células cancerosas (la apoptosls). Se ha visto en el laboratorio que estas moléculas actúan sobre varias lÃneas cancerosas y resultan particularmente efectivas contra el cáncer de colon.
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